Daban las 16h30 de uno de nuestros miércoles cuando mis compañeras de voluntariado y yo nos sentábamos en la mesa del despachito de Hospital General. Previamente habíamos cambiado impresiones, como siempre hacemos, ante un aromático café en el bar de la placita. Solemos repasar la semana de cada una, y nos congratulamos por las cosas buenas que nos han pasado y nos confortamos en las no tan buenas.
Todo tiene un objetivo: entrar a realizar nuestra…
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