Nada me detiene más que yo mismo, nadie marca mis límites, sólo puedo atisbar una línea en el cielo, me pregunto incluso qué hay más allá. Voy seguro de mi mismo, podrán seguir mis pasos o no, pero son mis pasos, es mi camino, voy a seguir a través de él hacia el lugar que me tiene preparado el destino. La calle única que se llama esperanza y que me conduce día tras día hacia el amor.
Frase inspirada por mi padre Manuel Gálvez (D.E.P.)
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